21 marzo, 2016

Orbea 175 aniversario: Agua

“Hasta 1960 se contaron en Orbea hasta un millón y medio de bicicletas fabricadas en Urkizu. Para entonces, el material principal seguía siendo tubos de acero estirados en frío y reforzados de acuerdo con las normas internacionales”. (Extracto del libro Orbea 175 Aniversario).



¿Qué es lo que nos hace reconocibles 175 años después? Nuestro legado. Un legado que se encuentra en cada una de las bicicletas que hemos fabricado a lo largo de nuestra historia, adornadas con sus materiales, formas y las diferentes experiencias vividas con cada una de ellas.

Unas bicicletas que sucedieron a los primeros materiales fabricados desde Orbea Hermanos a mediados del siglo XIX: armas de fuego que fueron empleadas, por ejemplo, en la Guerra de Cuba e incluso por la policía de Nueva York.

De las armas a fabricar más de 250.000 bicicletas

Fue en la década de los años 30 cuando nuestras bicicletas tomaron parte en numerosos premios, así como en clásicas y en vueltas por etapas. Coincidió con el “boom” de la bicicleta en toda Europa como medio de transporte. Un “boom” que hizo que después de la Segunda Guerra Mundial fuéramos protagonistas en varias crónicas al alcanzarse la cifra de más de 250.000 bicicletas de Orbea presentes en carreteras de la Península Ibérica.

Bicicletas con todos sus componentes, a excepción de las cubiertas, realizados en nuestra fábrica de Eibar, lo que demandaba de nuestros trabajadores un conocimiento de técnica en los trabajos con hierro en todos los niveles.

Una nueva época

Tras esa expansión de la bicicleta, el mercado de este sector tocó techo a mediados del siglo XX. Desde Orbea nos vimos obligados a afrontar un tiempo nuevo. En un momento caracterizado por la diversificación, adquirimos la licencia para producir la emblemática VelosoleX, “la bicicleta que rueda sola”, de fabricación francesa.

Tras constituirnos como cooperativa, seguimos al pie del cañón creando bicicletas de gama media desde un punto de vista industrial. Y es que la situación en ese momento no nos permitía ir más allá.

Tiempo de competición

Sin embargo, al retomar nuestra apuesta por la competición deportiva, la exigencia con el producto aumentó, aún más, en nuestro espíritu. Todo con un deseo y un fin: que nuestras bicicletas se convirtieran en la mejor herramienta posible para cada deportista y, por ende, para cada uno de nuestros usuarios.

Cobraron la mayor relevancia tanto los materiales como los componentes. Pasamos del acero al aluminio, de la rigidez a la ligereza… hasta el auge del mountain bike. Además, y gracias a la adquisición de Zeus, conseguimos llevar nuestras diferentes mejoras al mercado, progresando en nuestro posicionamiento en todos los niveles.

Llega el carbono

Pequeñas revoluciones que anunciaban la llegada de una mayor: la entrada del carbono en torno a 2003 y la aparición del cuadro Orca. Pudimos diseñar de forma libre las formas, el peso y la rigidez del cuadro alcanzando una gran diferenciación con respecto a nuestra competencia.

El posicionamiento de la marca en el ámbito internacional se benefició de nuestra apuesta deportiva. Comenzamos a vivir grandes éxitos deportivos con un Euskaltel Euskadi empujado por el aliento de la “marea naranja”. A nivel formativo, nuestro equipo Orbea Continental se benefició también del material más completo de la marca para foguear a las mejores promesas.

Líderes en el MTB

Nuestro know how abrazó también el campo del mountain bike. Conseguimos que Julien Absalon se uniera a nuestro equipo de MTB y nuestros ingenieros trabajaron para que contara con la mejor bicicleta posible con el fin de que siguiera renovando sus éxitos con Orbea. Y vaya si lo hizo. Todo lo que hemos diseñado, fabricado y aprendido se ha convertido en un conocimiento que volcamos ahora en las nuevas soluciones de Orbea para carretera, MTB y e-bikes, como la Orca, Ordu, Alma, Occam o la Katu.

En Orbea sentimos el ciclismo de manera diferente, al igual que tú experimentas de una forma única tu bicicleta. Aprendemos de la competición, de los usuarios, de ti. Así ha sido el fluir constante de Orbea, una marca que ha sido, es y será agua.