14 mayo, 2017

Transcatalunya Probike: conquista Catalunya en un día

17 años y centenares de bikers después de su primera edición, la Transcatalunya Probike se ha convertido en una marcha ciclodeportiva que no nos podíamos resistir a ofrecerte por dos motivos: el reto deportivo de cubrir en un solo día la distancia entre el Pirineo catalán y Barcelona, y que esté organizada por Pere Cahué.

Pere Cahué es el fundador de Probike, una de las mejores tiendas de bicis de Barcelona. Pero sobre todo es uno de esos distribuidores visionarios que tuvieron claro desde el principio que “aunque el producto es el centro, quien está alrededor es un usuario que está deseando que le generes emociones”, nos cuenta el propio Pere.

Por eso, bastantes años antes de que surgieran las redes sociales, él ya entendió la importancia de generar comunidad en torno a su tienda: rodando con clientes y programando rutas por los cinco continentes, ofreciendo charlas, talleres de autoreparación, clases prácticas… experiencias en definitiva que contribuían a “generar ilusión y solucionar problemas”.

Ese es el mantra que Pere repite allá donde va y no parece haberle fallado: en 1989, con 23 años, montó un pequeño taller de bicis y hoy día Probike cuenta con una superficie de más de 1500m2 en los que atiende a cerca de 80.000 usuarios de todos los puntos de la Península.

¿De Pirineos a Barcelona en un día?

La Transcatalunya es una de esas experiencias con las que el fundador de Probike fue pionero, creando hace 17 años una prueba maratón cuando el fenómeno de las marchas no era tan conocido. Una prueba que nació de una pregunta que Pere se hizo en el año 2000: “¿Será posible salir de Pirineos y llegar a Barna el mismo día?”  La respuesta fue crear este desafío de 190km y más de 3500m desnivel que celebra una nueva edición el 11 de junio.

El recorrido varía cada año, pero las pistas en mejor o peor estado son siempre las principales protagonistas junto a raíces, rocas o roderas. Para los sedientos de flow también hay diversas zonas de senderos, si bien la prueba no presenta grandes dificultades técnicas.

Uno de los puntos más emocionantes del recorrido se encuentra en su inicio. 1200m de desnivel positivo partiendo desde La Molina y en plena madrugada (la prueba arranca a las 05:30 de la mañana), donde los frontales de los inscritos serpentean y se entremezclan en las frondosas zonas boscosas del Pirineo catalán.

La carrera cubre una­ distancia maratoniana sin abismales porcentajes: además del duro inicio, destaca la última ascensión a Collserola: 400m de desnivel que, ya con 180 km. en las piernas, se hacen duros. Poco después llega ya el Tibidabo, el punto que señala que el final de la Transcatalunya está cerca.

El recorrido puede hacerse aún más difícil en función de las condiciones meteorológicas, que han obligado a retirarse a más de un participante: el contraste de comenzar rodando a 2500m de altura en las montañosas cumbres pirenaicas y acabar a pie de costa, con los termómetros marcando hasta 35ºC, puede acabar con las fuerzas de quienes no se alimenten e hidraten de manera adecuada: “Si hace calor puedes perder hasta 3kg”, anuncia Pere.

Con todo, la peor variable en esta marcha es la lluvia por el abrasivo barro que puede generar en algunas zonas, obligando a los corredores a echar el pie y cargar con su MTB.

Para todos los bikers

El perfil de los participantes es muy variado: “Desde el pro que compite y completa el recorrido en unas 6h hasta el ‘zumbao’ que le engañan 15 días antes y acaba, a base de sufrimiento, pero acaba. Aunque tenga que estar 17h encima de una bici.”, apunta Pere: “Hemos llegado a esperar una hora más en el último control, retrasando la hora de corte: vemos tanta ilusión en la gente que parece que está haciendo la hazaña de su vida…”, confiesa.

Para afrontar la Transcatalunya, Pere recomienda la Oiz: “Todas sus características son ideales para una prueba como esta: tiene el recorrido suficiente, es una bici muy rápida, respeta la comodidad, el peso es buenísimo y la fiabilidad de los componentes que monta es absoluta. Y la fiabilidad mecánica es básica en una prueba como esta, en la que si hay mucho barro las dificultades se multiplican por dos”.

Una pequeña gran familia de 300 bikers

Uno de los principales atractivos de la Transcatalunya tiene lugar el día anterior: los participantes van llegando a la estación de esquí de La Molina durante la mañana o primeras horas de la tarde del sábado y “la sensación de grupo que se genera es muy especial”, revela Pere: una pequeña gran familia de 300 bikers -el límite de inscritos- que repasan juntos el roadbook y comparten consejos, trucos y experiencias con el único objetivo de llegar a Barcelona al día siguiente.

“El día de la carrera se esperan unos a otros: a lo mejor unos acaban la carrera en 7 horas y otros en  12, pero no se van a su casa: se esperan, las familias están allí, les animan…es un ambiente muy bonito, muy ‘Ironman’”.

Te han entrado ganas de ir ¿verdad? ¡Pues aún estás a tiempo de inscribirte!