20 diciembre, 2018

Fin de semana de cicloalpinismo en Pirineos

Rider: Markel UriarteImágenes: Aritz Gordo

Desde hace tiempo teníamos ganas de embarcarnos en una aventura de cicloalpinismo y fotografía. No fue sencillo buscar la fecha adecuada para volver a intentar de nuevo esta aventura debido a la agenda apretada, la nieve del invierno en la alta montaña y la meteorología.

Nuestra idea era subir al Ibón de Plan, pasar allí la noche en tienda de campaña y ascender el día siguiente por la mañana hasta la Colladeta del Ibón, a 2350 metros de altitud sobre el nivel del mar. El Ibón de Plan es un lago glaciar de alta montaña situado casi a 2.000m de altitud, considerado como uno de los más bellos de los Pirineos.

Por fin llegó el día, y después de un buen madrugón, llegamos a la pequeña localidad de Saravillo a la mañana. Desde Saravillo comienza una larga subida de casi 1000 metros de desnivel hasta el Ibón de Plan. Es una subida muy larga pero bastante tendida, y a medida que íbamos ganando altitud las vistas empezaban a ser impresionantes con el monte Monte Perdido en el horizonte.

Después de tres horas de subida, llegamos al refugio de Lavasar a 1925m de altitud. El sendero entre el refugio y el ibón combinaba tramos rocosos que ponían a prueba las habilidades técnicas del piloto con otras zonas de tierra y raíces que permitían ir con mucho flow por los senderos.

Una vez terminado el sendero y tras atravesar una verde pradera, llegamos al Ibón de Plan. Estuvimos un rato disfrutando de la belleza del paisaje antes de montar la tienda de campaña en la que dormiríamos.

Hay una leyenda que cuenta que en sus aguas habita una bella mora, que, mostrando serpientes de reflejos metálicos que rodean su esbelto cuerpo danza cada amanecer el día de San Juan. Se supone que es el espíritu de una mujer que se perdió en estas montañas huyendo de las violentas luchas entre moros y cristianos.

Su espectro quedó preso en este ibón, aunque no todo el mundo lo puede ver. Únicamente las personas buenas y sin pecados disfrutan pueden ver esto. La creencia es tal que incluso da nombre al ibón. En la zona se le conoce como Basa de la Mora.

Es un lugar ideal para la fotografía nocturna ya que al estar adentrado entre montañas evita la contaminación lumínica de las poblaciones de alrededor.

Al día siguiente nos despertamos muy temprano. Después de limpiarnos la cara y desayunar con unas espléndidas vistas del ibón, recogimos el campamento. Nos esperaba un largo porteo hasta la Colladeta del Ibón antes de hacer la bajada de 1400 metros de desnivel negativo hasta Saravillo, donde empezó toda esta aventura.

La primera parte de la subida a la Colladeta combinaba zonas de pradera con senderos en bosque. Algunos tramos los pudimos hacer montados en la bicicleta pero en otros tramos debido a la gran pendiente nos tocó caminar mientras porteábamos la bici. Tras dos horas de subida, llegamos a la Colladeta del Ibón a 2350m que separa el valle de Benasque del valle del Chistau. Por delante nos esperaba una bajada muy larga. En total eran 12km para bajar casi 1400 metros de desnivel negativo hasta donde teníamos aparcado el coche.

Al perder altitud, las rocas iban desapareciendo poco a poco dando lugar a senderos de flow entre praderas y bosques de tierra. Desde el Ibon de Plan hasta el Refugio de Lavasar la bajada era más tendida. Una vez llegados al refugio de Lavasar, ya era todo bajar hasta Saravillo. Teníamos nada menos que casi 1000 metros de desnivel negativo por delante en apenas 7km de distancia.

A medida que íbamos acercándonos a Saravillo, los senderos de tierra de la parte superior fueron convirtiéndose en senderos llenos de mucha roca, lo que unido a la longitud de la bajada ponían a prueba nuestra resistencia en las bajadas.

Después de una hora más bajando llegamos a la pequeña localidad de Saravillo donde habíamos aparcado el coche finalizando así una aventura inolvidable por los Pirineos.

BICI DE LA AVENTURA