Seeking Adventure: día de nieve

La certidumbre no existe: sólo existe la aventura

La segunda mañana nos despertamos en Sisters, Oregón, e iniciamos viaje hacia una tormenta de nieve a 8º bajo cero. Con las previsiones lejos de anunciar un aumento de temperaturas, decidimos no anticipar ninguna duración real de nuestro recorrido. Así las cosas, normalmente aceptamos el exceso de ambición en el contexto de una  exploración, de modo que estábamos encantados de enfrentarnos a nuestro día de nieve para adultos, aceptando con agrado la situación y todo cuanto pudiera derivarse de ella.

Direcciones cambiantes

Una de las claves del éxito de la exploración y la aventura – y de la felicidad – es la flexibilidad. Es verdad que iniciamos cada aventura con un recorrido previsto, concediéndonos el tiempo que consideramos adecuado más un tiempo adicional para sorpresas inesperadas. Así que cargamos con suficiente comida, agua y material para mantenernos (con la esperanza de quedar) a salvo de cualquier problema grave.

Tomar decisiones imprevistas en mitad del trayecto no es lo previsto, pero tomándote la libertad de hacerlo puede que disfrutes más del viaje. Incluso nos atrevemos a decir que cuanto menos planificadas estén las diversiones, mejor. A menudo son precisamente las sorpresas a lo largo del camino las que acaban siendo los aspectos más memorables del viaje.

Travesuras montañeras

Casi sin tracción sobre el pavimento, de repente los caminos de grava no nos parecían tan malos. En los primeros 15 minutos ya nos habíamos caído todos más de una vez; el tipo de caída no causaba necesariamente heridas, pero todo pasaba tan deprisa que te veías de golpe en el suelo preguntándote qué había pasado, sin tener ni idea si no fuera porque el hielo oculto debajo de la nieve había sido el evidente culpable.

Enseguida suspendimos nuestra ruta prevista en bicicleta y nos vimos persiguiéndonos unos a otros atravesando senderos, saltando por encima de los troncos (Joel ganó), poniendo a prueba nuestras habilidades a caballito (perdimos todos), y portándonos como niños montando por primera vez unas bicis sucias. Nos lo pasamos en grande.

Decisiones imprevistas

Los juegos, los senderos estrechos, explorar nuevos caminos… todo eso nos mantenía entretenidos y nos libraba por los pelos de quedarnos congelados durante algunas horas. Algunas caídas cómicas resultaron entretenidas y graciosas pero, a fin de cuentas, el reclamo del almuerzo y la oportunidad de descongelar nuestros cuerpos helados nos condujeron a la casa, donde nos dedicamos a valorar posibles alternativas de aventura de base más sólida para la tarde.

Excursiones alternativas

Como medida de precaución, llevábamos raquetas para caminar por si las inclemencias del tiempo frustraran nuestras intenciones de montar. Nos figurábamos que nos cubrirían las espaldas y nos permitirían en cierto modo disfrutar de la aventura, con independencia del tiempo que hiciera. Después de un rápido almuerzo, nos dirigimos al sur de Sisters hasta donde la pista forestal permitía el paso entre la nieve. Veinte minutos después nos pusimos en marcha, sobe las raquetas, hacia el Lago de los Tres Arroyos, en la falda nororiental del monte Broken Top, un volcán extinguido y erosionado por glaciares ubicado en 9,171’.

Soledad

Estar solos en los bosques con las raquetas puestas era casi tan divertido como hacer una escapada en bicicleta. Rodeados por un manto de nieve cayendo y en absoluto silencio aparte de nuestra propia respiración, nos sentimos arrancados y alejados de cualquier pensamiento o distracción de nuestras vidas cotidianas. A menudo la soledad te recompensa con una sensación de libertad aumentada por el esfuerzo que con frecuencia te cuesta alcanzar tu destino.

Visión imposible

Si no se hubiera desatado la tormenta habríamos podido disfrutar de unas vistas increíbles de las Tres Hermanas, pero la soledad y el silencio de la nieve cayendo resultó ser una justa recompensa. Durante las tres horas de excursión no vimos ni oímos nada más

Ojos abiertos

Nos dirigimos de vuelta a nuestros vehículos cuando la oscuridad empezó a dominar cuanto nos rodeaba, y otra vez emprendimos el regreso a la casa para pasar la velada final comiendo, bebiendo, contando historias y soñando con nuestro próximo viaje. Nuestro desaliñado equipo de aventureros siempre girará en torno a la bicicleta, pero nuestra jornada alternativa sobre raquetas de nieve nos sirvió para recordar la posibilidad de vivir hazañas imprevistas.

Con un poco de planificación y de preparación adicionales nos dimos cuenta del potencial expansivo para la aventura relacionado con nuestros paseos. Como sentenció Jawaharlal Nehru : «Vivimos en un mundo maravilloso, lleno de belleza, encanto y aventura. Nuestras posibles aventuras no tendrán fin si las buscamos con los ojos bien abiertos.»

Mantengamos nuestros ojos bien abiertos al planear nuestra próxima aventura…

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