11 enero, 2018

Seeking Adventure: fotografía invernal

La fotografía invernal es el ejercicio de nuestra propia voluntad creativa contra los obstáculos logísticos que la madre naturaleza nos pone, y para asegurarnos de poder superarlos, lo primero que debemos hacer es cuidar de nuestro equipo. Las dificultades técnicas de la fotografía invernal guardan una estrecha relación con las dificultades físicas a las que debe enfrentarse nuestro cuerpo en tales condiciones y confluyen en un mismo punto: la supervivencia. Las baterías no querrán funcionar; la enormemente complicada electrónica de nuestras cámaras se verá en peligro; los cambios rápidos de temperatura generarán condensación; y la nieve derretida tratará de penetrar en el aparentemente impenetrable cuerpo externo de nuestras máquinas. Y sin embargo, nada de ello deberá impedirnos que documentemos gráficamente nuestras experiencias. A continuación les propongo algunos consejos para garantizar el éxito de su próxima aventura en el maravilloso mundo del invierno.

Tu cuerpo

Antes incluso de centrarnos en el equipo fotográfico, lo primero por que lo que debemos preocuparnos antes de salir a la intemperie es nuestro cuerpo. La vestimenta que utilicemos puede marcar la diferencia entre una aventura de varias horas bajo la nieve y una retirada rápida hasta el refugio del hogar tras apenas 20 minutos. La clave aquí reside en las capas, de modo que no olvide equilibrar la protección frente a el frío/la lluvia/la nieve con la transpirabilidad para no terminar empapado bajo la ropa.

Baterías

Las baterías llevan mal el frío, y cuando digo «mal» me refiero a «muy mal». Por ello, no solo deberá llevar consigo baterías adicionales, sino que deberá mantenerlas a la temperatura adecuada. Si sale con un iPhone, manténgalo caliente y lleve energía de reserva en una batería externa. Incluso así comprobará como en cuanto lo saque del bolsillo se apagará. Sin embargo, puede mantener su temperatura envolviéndolo en un calcetín y usando el control de volumen de los auriculares –si es que los encuentra– como disparador.

Estanqueidad

Supongamos que cada vez le apasiona más la fotografía y está considerando la posibilidad de comprarse una cámara nueva. Pues bien, un aspecto importante a tener en cuenta en esta empresa es que la máquina cuente con una carcasa hermética. Muchas empresas hacen todo lo posible por incluir en sus aparatos juntas y sellos para evitar la entrada de humedad en ellos, pero si compra una cámara hermética, no olvide asegurarse de que el objetivo lo es también. La cámara que utilicé para fotografiar nuestra aventura sobre raquetas fue mi Fuji X-T1 montada con un objetivo Fuji 18-135. Ambos son equipos herméticos y consiguieron sobrevivir a las inclemencias climatológicas a las que los expuse durante aquel día. Otra consideración importante si su cámara es hermética es asegurarse de que sigue siéndolo durante la expedición, así que no abra la ranuras de tarjetas, cambie de objetivo ni realice operaciones similares. Ocúpese de todo esto antes de salir, y si tiene que cambiar la batería (lo cual no me extrañaría…), asegúrese de secar la junta que rodea la tapa del compartimento antes de cerrarlo

Condensación

Los cambios rápidos de temperatura provocarán un auténtico caos en forma de condensación en su cámara. La solución a este problema es sencilla: no permitir que tales cambios de temperatura tengan lugar. Una vez que haya sacado la cámara del coche o del bolsillo de la chaqueta, asegúrese de dejarla donde está. Seguramente sentirá la tentación de envolverla y guardarla en un lugar cálido y seguro… ¡No lo haga! Simplemente llévela colgada del hombro para poder acceder a ella fácilmente. Si tiene que meterla el coche, colóquela en el maletero, y si ha vuelto de una salida con mucho frío, deje que vaya aclimatándose en el garaje antes de subirla a casa.

La creatividad del invierno

Ahora que hemos dado un repaso a la logística de la fotografía invernal, centrémonos en lo verdaderamente importante: la creatividad. El invierno nos concede oportunidades únicas, ya que transforma nuestros paisajes cotidianos en extraordinarios paraísos cubiertos de hielo y nieve. A la hora de aproximarme a los paisajes invernales, me gusta hacerlo prestando atención a las formas y las tonalidades. Puesto que trabajamos en un entorno prácticamente monocromático, el mundo se nos presenta bajo la forma de novedosas abstracciones.

Contrastes cromáticos

En este entorno monocromático que nos ofrece la nieve recién caída, puede ser buena idea explorar los elementos del contraste ya no solo en el apartado de las tonalidades, sino también en el del color. En él, cualquier tipo de contraste definirá con claridad el sujeto de su fotografía, ya sea en una zona de sombras profundas o en un vivo brochazo de color.

Contraste tonal

Si el intento de la madre naturaleza por crear un mundo monocromático no fuera suficiente, siempre puede ir un poco más lejos y trabajar con el blanco y negro desde su ordenador. Una cosa que suelo hacer con mis fotografías invernales en blanco y negro es crear escenas con contrastes muy altos dando brillo a las altas luces y oscureciendo las sombras.

Sal ahí fuera

Espero que hayan disfrutado con este breve repaso a la logística y oportunidades creativas que nos brinda la fotografía invernal. ¡Y no lo olvide! Lo más importante es salir, vivir la aventura en primera persona y contar su propia historia.