2 julio, 2018

Eficiencia y suficiencia: potencia tus pedaladas

La bicicleta es un conjunto mecánico bastante sencillo que en el pasado llegó a considerarse la máxima expresión de libertad. Un método de transporte atractivo, limpio, barato comparado con otros.

Aun siendo evidentes sus innumerables ventajas, aún no ha conseguido calar en muchos: cuestas y desniveles que hacen del ciclismo un deporte exigente, el mal tiempo, la peligrosidad de las carreteras, el sudor, el cansancio o el no poder pedalear tanto como antes.

Pero, ¿qué pasaría si una bici fuese capaz de acabar con todas estas excusas y limitaciones? ¿Si una bici pudiese democratizar el ciclismo de manera que el propio deporte se volviese accesible para todos los niveles?

En este contexto, las bicicletas eléctricas están dibujando una nueva era si bien no es raro escuchar que son para vagos o frikis. Sin embargo, hay gente que prefiere montar en bici sin tanto esfuerzo o que simplemente quiere disfrutar de una gran aventura con el respaldo de una ayuda extra. Una ayuda eficiente y suficiente. ¿Qué significa esto?

La potencia (del motor) sin control no sirve de nada

Más potencia del motor no es necesariamente mejor. Lo más determinante en el comportamiento de una bici eléctrica no es la potencia del motor (medida en vatios), sino cuánta energía dejamos pasar de la batería al motor, cómo se entrega esa potencia a la transmisión y cuándo la dejamos pasar.

Ese es el papel de lo que se llama controladora de motor, el “cerebro” de una bici eléctrica y lo que, al final, hará que tu bicicleta eléctrica te dé el nivel de asistencia que necesitas en función de las distintas situaciones de uso que te vas a encontrar cuando vas en bici.

Quizás en alguna ocasión hayas probado bicis eléctricas con un motor muy potente cuya controladora simplemente te entrega de golpe más o menos energía en función del nivel de asistencia elegido (en el nivel 1, un 25% de energía, en el nivel 2, un 50%…). Esta lógica de un único mapa de motor puede hacer que el comportamiento de tu bici sea poco predecible o brusco el motor cuando se acciona o se detiene. En definitiva, que la bicicleta te de sensación de inseguridad en lugar de la sensación de libertad que comentábamos más arriba.

Por eso es importante la eficiencia o, más bien, un reparto muy eficiente de la energía. Algo que además contribuirá a tener una mayor autonomía de la batería.

Un respaldo a las pedaladas

La suficiencia, por su parte, guarda especial relación con los usuarios de bicicletas eléctricas con una concepción, digamos, más extrema deportivamente hablando. Con una concepción más cercana a la bici mecánica. No buscan un método de transporte con el que apenas esforzarse en sus desplazamientos urbanos ni tampoco baterías de 500w con las que dominar sus aventuras y que, además, tendrán que arrastrar una vez se agote (teniendo en cuenta que las bicicletas eléctricas deportivas actuales rondan los 15kg).

Buscan una bicicleta con características similares a las mecánicas: geometrías específicas para optimizar la eficiencia del pedaleo, niveles de rigidez y ligereza realmente parejos a las bicis tradicionales o un montaje de alta calidad. ¿Dónde está el matiz entonces? En la ayuda a sus pedaladas. En un motor que dosificar y activar en determinados momentos de la ruta para mejorar el deporte que practican,  en el respaldo añadido del que tirar en las largas jornadas de pedaleo o simplemente, en un apoyo extra con el que sumar más kilómetros de los que harían sobre una bici mecánica.

Sin embargo, tampoco es raro escuchar que este tipo de bicicletas eléctricas son antiestéticas, que son “engendros” nacidos de la adhesión de un motor y batería a un cuadro convencional o que no parecen bicicletas mecánicas. Ante esto, es prácticamente ineludible mencionar a Gain y su estética en la que la integración de la batería de la firma Ebikemotion en el cuadro y los mínimos cables que requiere en comparación con otros modelos de ebikes convierten esta ebike en una aparante bici tradicional.

Si a esto, le añadimos un ahorro de 2kg a través de un cuadro monocasco de carbono (11,3 kg de bici en total), múltiples innovaciones como un sensor que permite supervisar la cadencia de pedaleo y ajustar la potencia de asistencia en función de ella (denominado P.A.S), la posibilidad de añadir una segunda batería adicional para tiradas largas, una APP que proporciona mayor control sobre el sistema de propulsión que utiliza la Gain, la posibilidad de crear la ebike de tus sueños a través de MyO o una colaboración con Mavic para incluir sus ruedas superventa, Aksium elite y Cosmic Carbon, en un motor de eje de rueda, ¿cuál sería el resultado?

La mejor herramienta para acercar la sensación de libertad a todos los niveles. O en otras palabras, la herramienta perfecta de democratización del ciclismo.

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