11 abril, 2016

Pilar, la última musa de Zeus

El pasado mes de diciembre se nos fue Pilar, Coordinadora Comercial de Orbea y una de las personas más queridas en nuestras instalaciones de Mallabia. Pilar era una compañera incansable, apasionada con su trabajo y siempre dispuesta a ayudar a todos. Sus compañeras del Departamento Comercial la definían como “un volcán en activo o una tormenta tropical”.

Para los que la veíamos cada día en Orbea era todo un símbolo: ella fue la última persona en incorporarse a Orbea procedente de Zeus, el mítico fabricante de grupos de Matiena (Abadiño) que Orbea compró a finales de los ochenta. Con la adquisición de Zeus, Orbea se posicionó en el olimpo de las bicicletas de carretera y Pilar fue una de las ‘musas’ que Zeus nos concedió.

Pilar iba a jubilarse en diciembre de 2015, así que se nos ocurrió que era un buen momento para darle el homenaje que se merecía y, a la vez, rendir pleitesía a Zeus: una marca que, más de 25 años después de su desaparición, sigue contando con el reconocimiento de los buenos aficionados al ciclismo en el País Vasco y más allá de los Pirineos.

Parte de ese homenaje es la entrevista que vas a leer a continuación y que originalmente iba a ser publicada en este blog el pasado mes de diciembre. Desgraciadamente, la enfermedad se la llevó de manera repentina y nos dejó mudos. Pilar, que guiaba con mano firme las riendas del Departamento Comercial de Orbea, nos deja como herencia su pasión, constancia, esfuerzo y dedicación, fruto del cual este departamento es hoy un centro de operaciones con miles de pedidos procedentes de todas las partes del mundo.

Sirva por tanto esta charla que mantuvimos con ella como homenaje a su trayectoria en Orbea y Zeus. ¡Gracias por todo Pilar!

Foto: Algunos de los compañeros de comercial de Pilar: Lorenzo Pequerul, José Carlos Martínez y Antonio Jiménez.


¿Cómo ha sido la evolución del sector durante estos años?

Ha cambiado totalmente. No tiene nada que ver a cómo se trabajaba hace 25 años. En esa época no existían ordenadores, lo más parecido era una especie de máquina que contabilizaba a base de insertar fichas. Era un trabajo más mecánico, manual y lento, pero que quizá beneficiaba al tipo de producto tradicional que se hacía. El trato con el cliente era por teléfono o por carta -que puede sonar a batalla de la abuela- pero es que no teníamos apenas tecnología, y en mi opinión, era un trato más cercano y humano que hacer un pedido por internet, como ahora.

ZEUS

Hablemos un poco más de tu etapa en Zeus, ¿cómo comenzaste a trabajar allí?

Empecé en el departamento Comercial y de Exportación de Zeus nada más acabar los estudios, con apenas 17 años. En aquella época -te hablo del año setenta y tantos- era una de las empresas más importantes de la zona. Se dedicaba a fabricar componentes de alta gama: carretes, bielas, platos, tijas, manillar, cuadros, pedales…

Es curioso el nombre, ¿de dónde procede?

Teníamos un gerente, Arrati, que le gustaba mucho la mitología. Creo que eligió al dios griego Zeus por su fuerza y poder. Además de ser fundador de la empresa, estaba casado con Arrillaga Orbea, que venía de la rama Orbea de Eibar, y habían tenido una empresa de 15 pisos y 200 empleados. Fabricaban todo de una bicicleta, el piñón, carretes, radios, etc. Una empresa productora y artesanal al 100%.

Zeus estaba muy bien posicionada como marca de alta gama…

Exacto, eran componentes de alto nivel y muy especializados. Antes existían bicis de una, dos o tres velocidades, y ellos pasaron a fabricar bicis de 5 piñones y 2 platos, lo que podríamos definir como alta gama. No eran de carbono, pero esos modelos se podrían equipar a las actuales Orca. Además estaban totalmente personalizadas, porque no se fabricaban por lotes sino bajo pedido, similar al servicio ‘Myo’ que ahora tenemos en Orbea. El cliente te especificaba incluso el tamaño de los tubos. Eran bicis totalmente a la carta.

Su principal mercado estaba en España pero fue una marca muy conocida fuera, ¿no es así?

Zeus tuvo una época muy fuerte en la que exportaba prácticamente a todos los continentes. El mercado español era el más importante, pero también otros países, incluidos algunos de África. Mandábamos contenedores a países que resultaba imposible pensar que tuvieran recursos para este tipo de productos.

Dada las dificultades, ¿cómo os las arreglabais para mandar los pedidos a esos países?

Hoy en día es todo inmediato. Entonces era diferente, la gente mandaba una carta con las especificaciones y después había que preparar el pedido, asegurar el pago con una carta de crédito o pago por anticipado. Era más complicado y requería de más tiempo. Todo se hacía en el momento del pedido, porque no había stock, ya que eran bicis artesanales.

La zona del duranguesado es un área con una fuerte tradición ciclista, ¿que Zeus estuviera localizada en ese punto ha influido o ya venía de antes?

La zona de Bajo Deba y Duranguesado acogió durante un tiempo a las principales empresas: Orbea, BH, GAC, Zeus… Pero también es cierto que siempre ha sido una zona muy aficionada al ciclismo. El que acogiera a estas empresas ha sido un factor más para convertirlo en un núcleo donde el ciclismo forma parte de la vida de la gente y donde prácticamente todo el mundo tiene una bicicleta.

EL PASO A ORBEA

¿Cómo fue el proceso de adquisición de la marca por parte de Orbea?

Fue una de esas cosas sencillas que si vas a buscarlas no suceden. Cuando Zeus comenzó a ir mal, porque el mercado dio un vuelco y se necesitó cambiar la producción e invertir en maquinaria, se intentaron distintas soluciones que no fructificaron. Se decidió cerrar y ver cómo repartir los activos entre los trabajadores. Así que se dio un valor a la marca para tratar de venderla, ya que en España no había otras tan conocidas y prestigiosas como Zeus. Conocíamos al gerente de Orbea en ese momento, Jesús Mari Aguirrezabala, y contactamos con él para cerrar la venta. Llegamos a un acuerdo y entonces comenzaron un proyecto nuevo: la fabricación de bicicletas de alta gama, bajo marca Zeus, y de gama intermedia, bajo el nombre de Orbea. La empresa pasó de fabricar bicicletas orientadas a niños, y algún que otro modelo de carretera y montaña, a fabricar modelos de altísimo nivel, tanto de carretera como de montaña, y totalmente personalizadas. Fue un gran salto.

Entonces te incorporaste a Orbea…

Sí, pero no fue algo inmediato. Dejé de trabajar después de la adquisición y, cosas de la vida, a través de una conocida me llamaron para trabajar en Orbea para cubrir una baja de tres meses que se prolongó.

Con tu experiencia en Zeus, tus primeros pasos en Orbea serían más fáciles…

La verdad es que cuando llegué a Orbea me dieron la oportunidad de trabajar en el departamento comercial con un producto que ya conocía. Además, Zeus era el producto estrella, y para mí era un orgullo. Más tarde se unificó bajo la marca Orbea, un paso lógico en la estrategia de la empresa que buscaba concentrar esfuerzos. Fue una decisión acertada, pero a me dio pena que la marca desapareciera como tal.

Profundizando en ese tema, Orbea también adquiere en esa época la marca Veneto, y las tres conviven durante una etapa, ¿cómo fue esa armonía?

El planteamiento inicial fue correcto, porque Zeus tenía un mercado muy fuerte, sobre todo en España. Tenía una marca muy potente y un producto de calidad. Creo que Orbea acertó al separar las marcas en distintas calidades, y tuvo buenos resultados. (…) Además, se incorporó gente de pintura, que nunca se había hecho, y se pintaba todo a mano con aerógrafos. Orbea tuvo beneficios y sobre todo nombre, porque la gente valoraba la especialización. Sabía que detrás de los modelos Orbea y Veneto había bicis de calidad que no había en ningún sitio. Fue una época dorada. Nadie tenía bicis a ese nivel. (…) Luego, con criterio acertado -porque te das cuenta que tienes dos o tres marcas y puedes confundir a los usuarios-, se decidió apostar todo por la marca Orbea. Centrabas todos tus esfuerzos de producción, comunicación, etc. en una marca.

Foto 1: Pilar con José Carlos Martínez y Mariaje Pérez, una de sus compañeras de comercial.

Foto 2: Pilar junto a Olga García, Olga de Miguel (Área de Personas de Orbea) y Cristina Fernández de Aranguiz.

Foto 3Pilar con alguna de sus compañeras de Orbea en 2009: Yolanda Etxebarria, Nagore Larrabeiti, Laura Amorós, Olga García, Mariaje Pérez, María Asun González, Arantza García, Amaia Abarrategi y Maitane Agirrezabala.

25 AÑOS EN ORBEA

También participaste en diferentes etapas del sector. En el caso de Orbea, hemos vuelto a la especialización y la fabricación artesanal de bicicletas. ¿Qué te parece esta vuelta a los orígenes?

Es algo que también hicimos en otras épocas, quizá con menos recursos y posibilidades que las de ahora. Antes el cliente también especificaba los detalles que quería en sus bicis: cuadros, montaje, etc. Si Orbea es capaz de continuar y actualizar este servicio -algo que pocas marcas ofrecen- será uno de sus pilares en el futuro. El usuario que invierte mucho en una bici quiere que sea única.

En Orbea tenemos muy presente a Zeus y le rendimos un homenaje a esta marca con un área específica…

Sí, la Zona Zeus es un punto extra a nuestros modelos. Un espacio exclusivo, de alto nivel, donde customizar la bici al gusto del cliente y con un acabado sin igual. Es un espacio en el que todo es artesanal, igual que antes, sin cadenas de montaje ni nada parecido. Todo se hace a mano y con mimo.

Foto: Cristina Fernández de Aranguiz (Área de Prevención) y Cristine Remazeilles (Orbea Francia) con Pilar.


¿Qué has aprendido en estos 25 años en Orbea?

He aprendido mucho, he vivido buenos momentos y he disfrutado. Ha sido un gran proyecto de vida. También me he enfadado mucho, porque tengo carácter, pero en general ha sido una buena etapa. Estoy muy orgullosa de Orbea, todo el mundo al que le digo que trabajo aquí enseguida lo identifica con alguna bicicleta que tienen o han tenido en su infancia. Me ha enganchado trabajar en Orbea y la considero mi casa y mi vida.

Orbea es como una gran familia…

Siempre ha sido una empresa muy familiar y cercana, incluso en la relación con los responsables. Me acuerdo el trato de “a sus pies” que se les daba en otras empresas, algo impensable en Orbea. Lo que más me sorprendió fue esa relación tan cercana, un cariño que permanece y se transmite con el tiempo. Creo que Orbea es una empresa cercana también con el cliente. Siempre la he considerado mi empresa, antes de ser socia incluso, y un buen sitio para trabajar.

¿Qué consejos nos darías?

Hay un motón de gente joven con mucho talento, ganas y nuevas ideas. Me sorprenden la cantidad de gente que vive la bici, el ciclismo y la marca con pasión. Gente muy experimentada a la que hay que potenciar y darle una oportunidad. Hay que dejar que se equivoque para avanzar y probar cosas nuevas… ¡Arriesgarse!

Nota final: Tras la publicación de esta entrada del blog, la familia de Pilar ha tenido la amabilidad de ponerse en contacto con Orbea para darnos las gracias y comunicar que están “orgullosos de los compañer@s y amig@s” que Pilar ha tenido en la «familia Orbea» y agradecer “todo lo que todavía seguían haciendo por ella”.

Foto: Pilar bailando con Rafa Agirre de Agirre Kirolak.